vino Errores comunes al servirlo y almacenarlo

vino: Errores comunes al servirlo y almacenarlo

El vino es una bebida delicada y sofisticada que requiere ciertos cuidados para preservar su sabor, aroma y calidad. Ya sea que lo estés sirviendo en una cena especial o almacenándolo para disfrutarlo en el futuro, hay algunos errores comunes que muchos cometen, a menudo sin saberlo.

Estos errores pueden afectar de manera significativa la experiencia de disfrutar de un buen vino. En este artículo, repasaremos los errores más comunes al servir y almacenarlo, y cómo evitarlos para que cada copa sea perfecta.

Servir el vino a la temperatura incorrecta

temperatura del vino

Uno de los errores más comunes al servirlo es no prestar atención a la temperatura. Cada tipo de vino tiene una temperatura ideal de servicio que maximiza sus características de sabor y aroma. Servir el vino demasiado frío o demasiado caliente puede alterar significativamente su percepción en el paladar.

Consejos:

  • Vinos tintos: Deben servirse entre 15-18°C (temperatura de bodega). Si se sirven muy calientes, el alcohol se percibe más, y los sabores se desvirtúan.
  • Vinos blancos: Idealmente, se deben servir entre 7-10°C. Si están demasiado fríos, los aromas se bloquean, y si están muy calientes, se vuelven planos y menos refrescantes.
  • Vinos espumosos: La temperatura ideal es de 5-7°C. Un espumante muy caliente pierde efervescencia rápidamente, mientras que uno muy frío no desarrolla todo su perfil aromático.

No dejar respirar al vino tinto

Los vinos tintos, especialmente los jóvenes y aquellos que han pasado mucho tiempo en botella, necesitan respirar para liberar sus aromas y sabores. Abrir la botella justo antes de servir y no darle tiempo para oxigenarse puede resultar en un vino cerrado o con aromas apagados.

Consejos:

  • Deja reposar el vino en la copa o en un decantador por unos 20-30 minutos para permitir que el oxígeno realce sus aromas y suavice los taninos.
  • Los vinos más viejos y los de crianza larga requieren menos tiempo para oxigenarse, ya que pueden volverse frágiles.

Llenar las copas en exceso

Otra práctica común es llenar demasiado las copas de vino, lo cual no solo dificulta el manejo de la copa, sino que impide disfrutar correctamente de los aromas del vino. Por eso es importante tener claras las técnicas de servicio de este.

Recuerda que el vino se disfruta también con el olfato, y necesitas espacio en la copa para moverlo y permitir que los aromas se concentren.

Consejos:

  • Llena la copa a un tercio de su capacidad (aproximadamente 150 ml) para permitir que el vino respire y facilitar el movimiento sin derramarlo.

Utilizar copas inadecuadas

Las copas juegan un papel fundamental en la forma en que percibimos los aromas y sabores del vino. Usar una copa inadecuada puede limitar la experiencia sensorial. Por ejemplo, copas demasiado pequeñas, gruesas o con formas inapropiadas no permiten la correcta oxigenación ni la liberación de aromas.

Consejos:

  • Vinos tintos: Utiliza copas grandes y con un cáliz amplio, que permita una mejor oxigenación.
  • Vinos blancos: Copas más pequeñas y estrechas, que mantengan los aromas y la frescura del vino.
  • Vinos espumosos: Las copas tipo flauta son ideales para mantener la burbuja y concentrar los aromas.

Almacenar el vino en posición vertical durante mucho tiempo

Este es un error común entre los que almacenan vino durante periodos prolongados. Si el vino está en una botella con corcho, debe almacenarse en posición horizontal para que el corcho se mantenga húmedo y no se reseque.

Un corcho seco puede permitir que entre oxígeno en la botella, lo que oxidará el contenido y lo arruinará.

Consejos:

  • Guarda siempre las botellas en posición horizontal, excepto los vinos espumosos, que pueden almacenarse en posición vertical sin problemas.

Almacenarlo a temperaturas extremas

El vino es muy sensible a las fluctuaciones de temperatura. Almacenarlo en lugares demasiado calientes (por encima de 21°C) acelerará su envejecimiento y puede estropearlo.

Por otro lado, temperaturas demasiado frías, como en una nevera durante mucho tiempo, también pueden alterar el vino, especialmente si la temperatura baja de 0°C y se congela.

Consejos:

  • La temperatura ideal de almacenamiento es entre 12-16°C, en un lugar oscuro y sin vibraciones. Una bodega o una vinoteca son las opciones ideales.
  • Evita almacenar los vinos en lugares como la cocina, donde las temperaturas suelen variar.

Exponer el vino a la luz

La luz, en particular la luz solar, es uno de los mayores enemigos del vino. Los rayos ultravioleta pueden acelerar su deterioro, afectando tanto su color como su sabor. Incluso las luces artificiales prolongadas pueden tener un efecto negativo en el vino.

Consejos:

  • Almacena las botellas en un lugar oscuro, lejos de la luz directa. Las bodegas subterráneas o armarios especializados para vino son ideales para evitar este problema.

No usar el tapón adecuado después de abrir la botella

Una vez abierto, el vino empieza a oxidarse, lo que cambia sus características. No utilizar un tapón adecuado o dejar la botella abierta durante mucho tiempo puede hacer que pierda su frescura y se vuelva desagradable.

Consejos:

  • Usa tapones de vacío o bombas de aire que extraen el oxígeno de la botella para prolongar la vida útil del vino una vez abierto.
  • Guárdalo en la nevera si planeas consumirlo en los próximos días.

Servir vinos espumosos sin enfriar adecuadamente

Los vinos espumosos, como el Champagne o el Cava, deben servirse bien fríos para conservar su efervescencia. Si no están lo suficientemente fríos, perderán rápidamente su burbuja y se volverán planos.

Consejos:

  • Asegúrate de que los vinos espumosos estén bien refrigerados antes de abrirlos, preferiblemente entre 5-7°C.
  • Si necesitas enfriarlo rápidamente, colócalo en una cubeta con hielo y agua durante unos 15-20 minutos.

CONCLUSIONES:

  1. Servir el vino a la temperatura correcta mejora significativamente la experiencia de cata, resaltando los aromas y sabores adecuados.
  2. Dejar que el vino tinto se oxigene antes de servirlo es esencial para disfrutar de su complejidad de sabores.
  3. Usar el tipo correcto de copa para cada vino realza sus características sensoriales y permite una mejor apreciación.
  4. Guardar las botellas en un lugar oscuro es fundamental para evitar que la luz degrade el vino con el tiempo.
  5. Usar los tapones y herramientas adecuadas para conservar las botellas después de abrirlas evita que pierda su frescura y sabor.
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