Si bien es cierto que, por poder, puedes beber vino de cualquier tipo de vaso que desees, también es cierto que no sabe de la misma manera un vino en una copa que en una taza de café. Y es que, en realidad, hay algo de ciencia para respaldar esta afirmación. Hoy te explicaré por qué.
¿Por qué es importante elegir la copa de vino?
En 2015, un grupo de médicos japoneses usó una cámara especial para grabar imágenes de vapores de etanol en diferentes lentes. En su estudio, se mostró cómo las diferentes formas de vidrio afectaban en la densidad y la posición de los vapores en relación a las aberturas de los diferentes vidrios.
¿Por qué hay tantos vasos diferentes para el vino?
De las muchas copas de vino disponibles, encontrarás que ciertas formas son mejores para disfrutar de un tipo de vino u otro.
En este punto, debes de saber que, en realidad, no importa si tu vaso tiene o no tallo. Se trata más de cómo la forma del recipiente recoge los aromas y deposita el vino en la boca.
Copas para el vino blanco
Los vinos blancos generalmente se sirven en vasos pequeños de un balón con menor apertura. Esto hará:
- Preservar mejor los aromas florales
- Mantener una temperatura más fresca
- Expresar más acidez en el vino
Copas para el vino tinto
La elección de una copa de vino tinto tiene mucho que ver con mitigar el amargor y los sabores más picantes para ofrecer un vino de sabor más suave.
Después de unos años de probar vinos de diferentes copas, he notado que los vinos tintos tienden a tener un sabor más suave en una copa con una amplia apertura, es decir de balón más ancho.
Conclusión
Para degustar correctamente los sabores en el vino, realmente se necesita y es importante tener en cuenta el recipiente del que se va a beber. Como habrás podido aprender en la entrada de hoy, las copas siempre son la mejor opción.