El cambio climático afecta a todas las producciones agrícolas, ya que dependen del clima. Por ello, tanto el vino blanco como el tinto pueden verse damnificados por las variaciones temporales. En el siguiente post, analizamos este problema que, ya, es un hecho, en el proceso vinícola.
¿Cómo daña el cambio climático el producto?
Las bodegas tratan de adaptar el producto para hacer frente a las adversidades. Cuando nos referimos al producto, no solo hacemos referencia a la uva, sino que incluimos el vino embotellado.
El efecto del cambio climático puede apreciarse en un mismo vino, con el paso de los años. Los matices ‘hablan’ de las variaciones de aroma y sabor, por la diferencia climatológica.
Finalmente, se plasma en la graduación de los vinos, que aumenta. Y, por ello, se incrementa el sabor a alcohol. La sequía y el calentamiento global producen más azúcar. Y, relacionado con ello, más alcohol.
Entre sus soluciones, los agricultores intentan proteger los racimos de uva con sus propias hojas. Un remedio paradójico ya que se buscaba, anteriormente, la exposición solar.
¿Cómo perjudica el cambio climático el proceso vinícola?
Justamente, la viña es un cultivo resistente a las variaciones climatológicas. Pero, el calor extremo y la sequía de los últimos años está comenzando a hacer ‘mella’ en todos sus procesos. La falta de agua provoca que las hojas de la vid mueran.
Como el producto se ve afectado por el cambio climático, le ocurre lo mismo a la vendimia.
Los estudios confirman que la vendimia se está adelantando de entre 15 y 20 días, respecto a hace treinta años. La causa es el adelanto del fruto y la floración.
El adelanto de la vendimia queda reflejado en la celebración de las fiestas patronales de muchos pueblos. En esta época, en varios países, se comparte la época de la vendimia con la festividad. A día de hoy, ambos hechos no coinciden en el calendario. En España, por ejemplo, se hace referencia con refranes como:
“Por el Pilar, a vendimiar”.
Las manifestaciones del clima al proceso vinícola
Los problemas climatológicos que acaecen al proceso vinícola, son los siguientes:
· Temperaturas extremas.
· Sequía.
· Calentamiento global.
· Efecto invernadero.
Las anteriores afecciones climáticas son las consecuencias de la actividad humana, como:
· La generación de residuos.
· El petróleo.
· La deforestación.
· La generación de gases, como el CO2.
El clima actual y su diferencia con años atrás
El cambio climático no es una variación homogénea, que afecta a todas las zonas, por igual. Dependiendo del área y su clima, la transformación será de una manera u otra.
Los inviernos son menos fríos y las noches de verano son más cálidas. Además, las olas de calor son más frecuentes. Y, la fruta demanda el contraste entre la temperatura del día y la noche. Asimismo, el frío nocturno favorece el equilibrio entre azúcar y acidez.
La madurez de la uva necesita temperaturas altas, que, por la noche, se compensen con las frías. Y mientras la primera parte de la ecuación, se cumple; la ausencia de noches frías se convierte en un inconveniente.
En el caso de Europa, países como España, Portugal o Francia; pueden verse relegados por Noruega, Dinamarca o Reino Unido, cuya producción vitivinícola es inferior. De hecho, estos tres países comienzan, en la actualidad, a interesarse, con mayor, ahínco en la uva y el vino. Pero, debe hacer frente a un problema diferente: la falta de sol.
¿Cómo solucionar los problemas del cambio climático?
Las bodegas más importantes están haciendo frente al cambio climático. El sabor y el color de sus vinos se están viendo afectados por las variaciones de la climatología. Mientras que la primera característica ya es patente, la falta de color empieza a manifestarse, en los últimos años.
En el caso del adelanto de la vendimia, los agricultores tratan de establecer técnicas, como retrasar la poda de invierno. No obstante, solo le ganan una semana a la maduración.
Una de las últimas opciones es trasladar la maduración de la uva a otro espacio, con unas condiciones climáticas favorables. Con el fin, de retrasar el proceso y que el producto pueda estar en contacto con las temperaturas frías nocturnas.
Pocas bodegas han implantado un laboratorio acerca de los efectos del calentamiento global en la vid. Es un concepto revolucionario, que trata de salvar el futuro del vino. De momento, se trabaja paso a paso para ganar días al cambio climático. Para, posteriormente incrementar las jornadas y poder ‘ganarle la partida’ al clima.
A largo plazo, la solución es buscar zonas frías, en el Norte. Hay áreas tan frías, que, a día de hoy, no soportan las heladas. Pero, en un futuro, el calentamiento global paliará las frías temperaturas. Las latitudes septentrionales puede ser la respuesta que buscan ahora los productores.
Conclusiones
El adelanto de la cosecha, por el cambio climático, está afectando a la calidad del vino. Por ello, el sector vitivinícola trata de buscar soluciones a este problema, que externamente, afecta a las bodegas. La industria atisba positivismo ya que las variaciones meteorológicas se están respondiendo, con firmeza. Pese a ello, el cambio climático afecta de diferente forma al mundo. Y, por lo tanto, la adaptación de los agricultores es diferente en cada país o área.
De esta guía, se pueden extraer las siguientes conclusiones:
· El cambio climático afecta al producto: la uva y, posteriormente, al vino.
· Los matices de una botella de vino evolucionan negativamente con las variaciones de temperatura.
· La cantidad de azúcar se incrementa. Y, con ella, la graduación alcohólica.
· La época de la vendimia se ha adelantado hasta veinte días, debido a la maduración.
· Las temperaturas extremas, la sequía, el calentamiento global y el efecto invernadero son los cuatro fenómenos meteorológicos que afectan a la vid.
· El buen proceso de la vid se consigue con el equilibrio perfecto entre las temperaturas del día y el frío de la noche.
El cambio climático es una amenaza para la humanidad, en todos los sectores de la vida. Y la agricultura será una de las más perjudicadas.